Cuadro de profesores y comienzo de Triduos de Don Bosco

Primer claustro de maestros del Colegio Salesiano San Agustín de Linares. Los nombres que recuerdo, en la primera fila de arriba y de izquierda a derecha:

1.- D. Juan Carrero López,-de Arjona-,
2.- D. Luis Espejo,
3.- D. Antonio Castro Segura,
4.- D. Diego Castellano -de Castellar-,
5.- D. Esteban Ocaña Ocasña -de Torredonjimeno-,
6.- D. Miguel Cano Benavides -de Castellar- ,
7.- D. Jose Aº Redondo Tapia,
8.- D. Maximiliano Agudo Jimena -de Iznatoraf- y
9.- D. Juan José García Molero.

En la segunda fila, en cuclillas, corregidme, pero voy a atreverme a nombrarlos, en todo caso, cuando me ayudéis, con las correcciones, coloco de nuevo sus nombres:

1.- D. Pablo Biedma Hurtado, -de Torreperogil-
2.- D. Juan Rodríguez Osset,
3.- D. Julián Agudo,
4.- D. José Arce Benavides,
5.- D. Edmundo Alfonso Rodríguez Pastrana  -de La Carolina-.

Este mes de Enero de Don Bosco, como dice nuestro amigo de la promoción 79-80, José María Moreno, Don Bosco nos está concediendo muchas cosas, entre ellas, la buena marcha de la gestión y aprobación de nuestros estatutos, y una serie de recuerdos entrañables a través de fotografías, comentarios, textos, y sobre todo, cumpliendo con la misión de nuestra asociación, facilitar el encuentro de antiguos/as alumnos/as que vivimos los valores de la familia Salesiana, a través de la figura de Don Bosco.

Y eso que los Triduos a Don Bosco han comenzado hoy, es decir no han hecho más que comenzar. Y una cosa que si le estamos pidiendo, es que interceda, tanto él como María Auxiliadora, por los/as Antiguos Alumnos/as y sus familias, por la situación de cada cual. Pero sobre todo que nos de la alegría de volver a encontrarnos y de sentido a esta asociación nuestra.

Nuestra asociación, puede tener muchas actividades, pero lo que le da sentido es la alegría del encuentro, y de realizarlas en común, transmitiendo al mundo el mensaje.

No hay mejor imágen que ver a los/as antiguos alumnos/as salesianos del Colegio de San Agustín de Linares, estar juntos de nuevo, en el patio del colegio los viernes, en la Parroquia, en las actividades, dialogando, incluso en las redes sociales, donde hoy podemos encontrarnos además: blogger, Facebook, Tuenti.



La foto del claustro de maestros,que os mostramos, nos las envía Jose María Moreno, gracias a él, podemos tener un nuevo pretexto para alegrarnos, comentar, dialogar...recordar. -Si clicais dos veces sobre ella, se amplia en otra ventana-.

Esta foto es entrañable además, pues fuímos confiados a este claustro de profesores en nuestra más delicada infancia. Este equipo de hombres, como supieron y pudieron, intentaron darnos lo que tenían. A quienes nos ayudó o marcó, sea como sea, sólo podemos dar gracias por estas vidas que se pusieron, o nos pusimos en su camino.

Nada más verla, me llegan lo recuerdos de nuevo, a mi que escribo, y que fuí de la promoción 1977-78, los conocí a todos, o casi todos.

Su olor a tabaco de celtas emboquillados, o rubio, de algunos. O su olor a varon dandy, incluso la sensación de respeto, y sobriedad de unos, o la cercanía y el amor de otros.

Y al volver, a mirarles, me doy cuenta de caras que olvidé, o que la neblina de una mala memoria, quiso que olvidara. Los que no olvidaré jamás, son a los que con amor, me inclulcaron valores impagables. No hay dinero, para pagar, lo que ellos nos entregaban con todo su sacrificio,en una época aún limitada de libertades, donde los sueldos, incluso el del maestro era muy bajo. Donde había que trabajar las mañanas y las tardes, incluso las mañanas de los sábados. Y algunos, dando clases particulares en sus propios domicilios. Aunque haber, hubo de todo. Yo sólo quiero imaginar, que tuvimos lo mejor.

En 1977, el sueldo de un maestro del colegio salesiano de San Agustín, era de 42.000 ptas mensuales, de las antiguas, equivalente hoy a 252 €. Y en 1977, se desarrolló,la primera huelga de maestros, en todo el Estado Español, y muy secundada en nuestra provincia.Recordaréis aquellos días sin clases, en los que asistiamos a las aulas,pero leíamos, o hacíamos otras tareas.

Estén donde estén, pues ya no queda nadie de ellos en el colegio, sólo podemos darles una sonrisa de ternura, aunque nos marcaran en sus métodos o formas de entender la educación, en algunos casos con sufrimiento, y otros con delizadeza, sea como fuere, nos amaron.